El punto imperfecto a mitad de camino,
un tortuoso que no pretendo olvidar.
Firmo pactos y amnistías con la oscuridad,
alcanzo la luz al final de túnel.
Igual que el buitre leonado juega con su presa,
sin mayores consecuencias que su propio disfrute,
mi corazón estalla y se recompone,
ignorando, de manera sibilina, ese salvavidas llamado destino.
Me propongo desafiar a la vida,
tantas veces como la muerte lo permita.
La ruleta rusa está a punto girar,
y yo aprieto el gatillo sin dudar.